[...] Es algo hermoso esto de la autosatisfacción,la falta de preocupaciones, estos días llevaderos, a ras de tierra, donde no se atreven a gritar ni el dolor ni el placer, donde todo no hace sino susurrar y andar de puntillas. Ahora bien conmigo se da el caso, por desgracia, de que yo no soporto co facilidad precisamente esta semisatisfacción, que al poco tiempo me resulta intolerablemente odiosa y repugnante, y tengo que refugiarme desesperado en otras temperaturas...[]
El lobo estepario.
lunes, 22 de febrero de 2010
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